Deporte, Cultura, Sexualidad Fabio Lozano Uribe Deporte, Cultura, Sexualidad Fabio Lozano Uribe

Desnudez atlética y minusválida

Hay mujeres que, en cierto momento, cuando se están quitando la ropa como parte de un desafuero del deseo, piden apagar la luz. ¿Por qué? ¿Es algo que no quieren ver o es algo que pretenden ocultar? Mi madre confiesa “lo mínimo que quiero en un momento de tanta intimidad es fastidiarme por las humedades del techo.” La señora que riega las matas de mi oficina dice “no puedo imaginarme que estoy con Antonio Banderas si le estoy viendo la cara al menso de mi marido.” La esposa de mi mejor amigo apaga la lámpara y además la televisión, para poder concentrarse en la consecución del orgasmo y mi novia dice –y explica– que la diferencia entre hacer el amor y copular está en la cantidad de luz que ambienta la ocasión. ¿Cómo así? “Sí”, responde ella, “el ambiente de las relaciones amorosas debe ser tenue, con aroma de sándalo, o caléndula, palabras susurradas al oído y sábanas de estampados suaves y difuminados color pastel; contrario a la pornografía, que es la linterna entre las piernas, los gritos de gallinero en crisis y eyaculaciones que inundan hasta el ombligo.”

Los hombres sabemos que nada de eso es cierto. Las mujeres que apagan la luz, lo hacen para que la piel no muestre sus imperfecciones, las estrías de los embarazos, el ámbar marchito de los excesivos bronceados, las líneas de bikini mil veces trazadas, las cesáreas, el vaivén que en el vientre van dejando las dietas y las manifestaciones varias de la conjugación tiempo-cuerpo. Con mayor perturbación sucede entre mujeres más jóvenes que se comparan con las modelos de los avisos publicitarios, las portadas de las revistas y se encuentran ante un listado de requisitos estéticos difícil de cumplir.

Los hombres prendemos la luz y si tenemos un lunar peludo y pedregoso queremos que nos lo chupen y le tomen fotos. Las mujeres son menos desinhibidas, menos mostronas, siempre tienen algo que tapar y lo más molesto de todo es que piensen que nos importa y, la verdad, no nos importa; pero no por la razón hermosa de que mientras haya amor somos inmunes a la vanidad… ¡ya quisiéramos que fuera así! Si no porque desde el momento mismo que vemos la oportunidad de iniciar, acrecentar y llevar a feliz término una erección no nos interesa nada más, somos como perros aferrados a un tronco, o a una rodilla, nos entregamos a un solo tire y afloje como sino existiera un mañana. Se nos sale el animal de monte que existe adentro nuestro y después del rebuzne quedamos con la sonrisa más idiota de todos los tiempos, que es aquella que da a entender que estamos esperando unas merecidas felicitaciones. Cosa que no sucede nunca por parte de nuestra pareja, pero sí entran al cuarto todos nuestros amigos a aplaudir como festejando un gol y es, precisamente, buscando ese sueño recurrente que siempre nos quedamos dormidos. ¿Ustedes –pregunto a las mujeres– creen que durante una reacción animal de tal calibre tenemos tiempo de fijarnos en algo?

Mil años más tarde, frente a la psicóloga de pareja nos enteramos, de que todo lo dejamos sin empezar, cosa que a ellas no les pasa porque –como dice el dicho– lo que empiezan con el codo, lo terminan con la mano; pero lo que si es supremamente grave –uno lo nota porque la psicóloga asiente de manera imperceptible– es nuestra falta de sensibilidad y ¿eso qué quiere decir? Pues… ¡ni puta idea! Lo único cierto es que la mayoría de las veces e influenciados por la pornografía y el machismo de nuestra crianza, tenemos la falsa creencia –qué estúpidos somos– de que el sexo termina cuando soltamos nuestros ejércitos de boys scouts unicelulares.

(Entre este párrafo y el que sigue me demoro dos días llamando a muchos conocidos de género –léase: amigos– con la misma pregunta: ¿A qué se refiere tu pareja cuando te dice que eres insensible? Ninguno se queda callado, todos musitan una especie de vocablos ininteligibles –como de foca o tartamudo perdido– para rematar: “¡No, sabe que no sé!” Y si no hay ningún tema candente del fútbol o de la política, la única opción es colgar)

Pero, bueno, este es un artículo sobre la desnudez, la cual tiene una dinámica distinta cuando salimos de la intimidad en pareja y la ponemos en el plano de los medios de comunicación y el photoshop. Creo que no me equivoco al decir que nunca había estado tan de moda desnudarse y es una lástima porque pronto se va a volver cosa de todos los días y perderá su gracia. Será muy duro –para la escasa madurez mental masculina– cuando deje de ser motivo de codazos, reojos y carraspeos ver una mujer desnuda, pero, entraremos de lleno en un proceso de humanización del cuerpo que nos está haciendo falta. Empezaremos por buscar otros alicientes como desnudarnos nosotros mismos y tomarnos fotos, mandarlas por Facebook y llevarlas en la billetera. Al principio, cohibidos, claro, pero si se empelotó Yidis Medina, en Soho, y mañana lo hiciera ¡no sé! Angelino Garzón, en Aló o Carrusel, y pasado mañana Cecilia López Montaño o María Isabel Rueda, en Cromos, pues, más o menos, poco faltará para que el plan sea volver la séptima, además de peatonal, nudista. ¿Quién sabe? ¡Ya veremos!

A lo que quiero llegar es que, poco a poco, la desnudez está ganado humanidad. Una modelo sueca de vestidos de baño se negó a que retocaran sus fotografías y, aunque el cliente se fastidió, la campaña fue un éxito porque mostraba las marcas de inyecciones de insulina que ella misma se pone en el estómago, necesarias para combatir su afección diabética y eso acercó a una clientela de mujeres agradecidas con una marca que no es, precisamente, para mujeres perfectas. Hasta hace poco una película japonesa –considerada pornográfica– se descubrió que era la más vendida del mercado, se trata de tres escena largas de parejas heterosexuales cuyo sexo es básicamente caricias incesantes entre muñones que hacen las veces de falos y heridas de accidentes y cirugías que se convierten en verdaderas zonas erógenas. Además de eso, ya son incontables las mujeres cuyos senos cercenados, o en proceso de reconstrucción, por el cáncer, han sido objeto de exposiciones fotográficas cuya intención en la muestra y su curaduría dista mucho de ser morbosa.

Y dejo para el final lo que inspira este artículo: los desnudos fotográficos de los atletas, con prótesis y sin ellas, que participan en los juegos olímpicos de Londres; qué gran ejemplo para todos aquellos que se quejan por dolencias menos sustanciales. Se ven sin asomo de pena alguno, porque lo que están mostrando es la frente alta, el resto es accesorio, el trabajo de sus cuerpos está centrado en su supervivencia, en su realización como seres humanos y no en los genitales que es donde la mayoría de los mortales nos hemos quedado estancados. Entre la animalidad de los hombres y el rubor tenue de las mujeres, estamos perdiendo la oportunidad de ser más sensibles nosotros, más conformes con su cuerpo ellas, viceversa, al revés, para el otro lado, con la luz apagada y, a veces, con la luz prendida.

Leer más

BLOG


CONCIENCIA FICCION


Este no es un blog periodístico. Es un blog iconoclasta y escrito desde los intestinos que es donde los pensamientos suceden antes de subir al cerebro.


El ombligo de Sor Teresa de Calcuta

El ombligo de Sor Teresa de Calcuta

Artículos publicados:

Winonavirus: el último contagio

Winonavirus: el último contagio

Un virus con corona

Un virus con corona

La cruz de Dilan

La cruz de Dilan

Crónica de un Paro anunciado

Crónica de un Paro anunciado

Bogotá lesbiana

Bogotá lesbiana

Revista Semana es, ya, otra cosa

Revista Semana es, ya, otra cosa

Cien capítulos de soledad

Cien capítulos de soledad

El amor como purgante

El amor como purgante

Los Petrificados

Los Petrificados

Carrasquilladas

Carrasquilladas

Iván Duque: buen mediocampista, mal arquero

Iván Duque: buen mediocampista, mal arquero

Ser Jíbaro Paga

Ser Jíbaro Paga

La felicidad está sobrevalorada

La felicidad está sobrevalorada

El anómalo Ordóñez

El anómalo Ordóñez

La Consulta Anticorrupción debió ser más humana que política

La Consulta Anticorrupción debió ser más humana que política

El Duque que se convirtió en Rey

El Duque que se convirtió en Rey

Hugh Hefner: un lobo disfrazado de satín

Hugh Hefner: un lobo disfrazado de satín

Trump: el payaso que se quitó la nariz

Trump: el payaso que se quitó la nariz

La papa caliente del no

La papa caliente del no

Relativamente sí, relativamente no

Relativamente sí, relativamente no

Messiánico

Messiánico

Si mis padres fueran homosexuales

Si mis padres fueran homosexuales

La Lógica Timochenko

La Lógica Timochenko

El último vendedor ambulante

El último vendedor ambulante

La paz se afirma. no se firma

La paz se afirma. no se firma

Peñalosa elevado

Peñalosa elevado

Natalia Springer o el poder de las feromonas

Natalia Springer o el poder de las feromonas

San Diomedes

San Diomedes

Santiuribismo vs. Urisantismo

Santiuribismo vs. Urisantismo

Dios pocopoderoso

Dios pocopoderoso

Petro El Grande

Petro El Grande

Rasmus Polibius en Bogotá

Rasmus Polibius en Bogotá

Pardo: el comodín

Pardo: el comodín

¿Cincuenta sombras de qué?

¿Cincuenta sombras de qué?

Las bondades de Pretelt

Las bondades de Pretelt

La Candy Crush Saga

La Candy Crush Saga

El efecto Uber

El efecto Uber

Racatapún chin chin

Racatapún chin chin

Acatemos el Fallo de La Haya

Acatemos el Fallo de La Haya

Paz mata Justicia

Paz mata Justicia

No todas las pereiranas juegan fútbol

No todas las pereiranas juegan fútbol

Defensa de Petro

Defensa de Petro

Desnudez olímpica y minusválida

Desnudez olímpica y minusválida

La parte cula de dios

La parte cula de dios

Alejandra Azcárate: flaca por fuera y gorda por dentro

Alejandra Azcárate: flaca por fuera y gorda por dentro

Gaviria el hijo de Gaviria

Gaviria el hijo de Gaviria

Samuel Nule Uribito

Samuel Nule Uribito

Carta urgente a Fernando Corredor

Carta urgente a Fernando Corredor

Fiesta a la brava

Fiesta a la brava

Margarita y Mateo: los mató la felicidad

Margarita y Mateo: los mató la felicidad

Alvaro Uribe reemplazaría a Leonel Alvarez

Alvaro Uribe reemplazaría a Leonel Alvarez

Los caballeros las preferimos inteligentes

Los caballeros las preferimos inteligentes

La muerte es una invitación al silencio

La muerte es una invitación al silencio

Caso Concha: le creo a Lina María Castro

Caso Concha: le creo a Lina María Castro

El Partido de la Ubre

El Partido de la Ubre

¡Bienvenidos a Petrópolis!

¡Bienvenidos a Petrópolis!

Ojalá se muera pronto García Márquez

Ojalá se muera pronto García Márquez

El aborto recreativo: idea para un proyecto de ley

El aborto recreativo: idea para un proyecto de ley

El biógrafo de Gadafi es colombiano

El biógrafo de Gadafi es colombiano

Me comprometo a matar a Nicolás Castro

Me comprometo a matar a Nicolás Castro

Candidatos Revertrex

Candidatos Revertrex

Los nietos de la dictadura

Los nietos de la dictadura

Las gemelas Torres

Las gemelas Torres

Gina’s Number One Fans

Gina’s Number One Fans

La Reina de Paloquemao

La Reina de Paloquemao